Én esta enseñanza el Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alaihi wa sallam, nos indica que para ser los mayores adoradores de Al-lah entre todas las personas debemos alejarnos completa y definitivamente de lo que &Éacute;l prohibió, es decir del Haram. La fe desaparece del corazón cuando la persona comete pecados. Ésto lo afirmó el Profeta Muhammad, sallallahu ‘alaihi wa sallam, cuando dijo: “Él fornicador y el adúltero que fornica y comete adulterio no es creyente mientras lo hace, y el ladrón que roba no es creyente mientras lo hace, y el bebedor que bebe embriagantes no es creyente mientras lo hace” [Bujari y Muslim]. Éste hadiz no indica en ningún momento que un pecador sea un incrédulo, porque la enseñanza es bien clara en manifestar que mientras se está cometiendo un acto de desobediencia la persona se olvida de su creencia, por lo que la fe disminuye y peligra. Por otra parte, los Ülama enseñan que la fe aumenta y disminuye, aumenta con la realización de obras de bien y el cumplimiento de las obligaciones establecidas por el Islam, y disminuye cuando se dejan de hacer estas obras y se cometen pecados.
Tenemos entonces que para ser el mayor de los adoradores de Al-lah entre toda la gente, no hay que engañan ni mentir ni hablar a las espaldas de los demás ni crear cizaña entre la gente ni abandonar las oraciones y demás obligaciones religiosas; sino que hay que hacer todo lo contrario, alejarse de todo lo que Al-lah ha prohibido, de todo lo que lleve a caer en el Haram y todo lo que promueva el pecado. Por eso el Profeta Muhammad, sallallahu ‘alaihi wa sallam, no solamente condenó a quien consume sustancias embriagantes (Jamir), sino que además denunció a todo aquel que se sienta con quien está consumiendo o permanece en un lugar donde se consume, al igual que lo hizo con quien lo produjera, lo distribuyera y comercializara, y también a todo aquel que participa de una u otra forma en la cadena de producción, distribución y comercialización de uno de estos productos.
La segunda cualidad que nos recomienda nuestro amado Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, es:
“Confórmate con lo que Al-lah te ha provisto y serás el hombre más rico” .
La gente tiende a creer que la riqueza se encuentra única y exclusivamente en los bienes materiales, y además juran que la riqueza es el camino más rápido y seguro para alcanzar la felicidad… ¿És esto cierto? ¿Tiene la razón quien piensa de esta manera y ve la vida de esta forma? ¡No! Éstá equivocado quien piense y crea esto.
És cierto que hay mucha gente rica que aparentemente es feliz, pero cierto es que mucha gente que es pobre también es feliz. Así que la última palabra sobre la felicidad no la tengo yo ni la tienes tú, sino que la encontramos en estas cortas frases expresadas por el Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam. Cuando una persona se conforma con lo que Al-lah le ha concedido, le basta y siente que es suficiente. Además, protege su corazón de ser contagiado con la envidia, la avaricia y la tacañería. Cuánta gente rica, que tiene más de lo que podría necesitar para vivir cómoda y lujosamente durante toda su vida, no está conforme con lo que tiene sino que quiere más. Si ve que su vecino, su amigo o hasta su hermano, compraron algo nuevo, él quiere más y el doble si es posible, pero sobre todo, se incomoda si ve que alguien compró algo antes que él. Siente como si le faltara todo y se olvida de todo lo que tiene. Así mismo, cuántos pobres hay que por andar viendo lo que no tienen y comparándose con los que están mejor que ellos, viven llenos de complejos, odios y recelo hacia los demás.
Él musulmán agradece lo mucho o poco que tenga; si tiene demasiado lo usa con prudencia y sin despilfarro, tiene en cuenta la sensibilidad de sus hermanos menos favorecidos, por lo que no exhibe sus bienes indiscriminadamente. Por otra parte, usa todos sus bienes para agradar a Al-lah, paga su Zakat, y los pone a disposición de Su causa, sabiendo con certeza que todo lo que gaste por Al-lah, &Éacute;l se lo retribuirá doblando sus ganancias y recompensa en esta y la otra vida. Y si es el caso que no tiene bienes o le hace falta, tiene paciencia y se esfuerza por conseguir lo que necesita para sobrevivir. Él musulmán cree firmemente que por más que quiera, se esfuerce y trabaje, sólo obtendrá lo que el favor de Al-lah ha dispuesto.
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