Me llamo Martín Guevarra Abella. Nací en Manila, Filipinas, en 1966, de padres católicos. ¡Fui bautizado católico cuando tenía dos semanas de edad! Mi familia rara vez se perdía la misa del domingo, y jamás dejamos de observar las diferentes actividades cristianas, o debería decir "católicas", como Navidad, el día de todos los santos, la Semana Santa, la Pascua, etc. Por la época en que tenía doce años, yo era un católico devoto. Incluso asistía a las misas dedicadas a la Virgen María los miércoles y rezaba el Rosario a diario.
Estaba profundamente interesado en la religión y leía la Biblia de principio a fin, pero ello nunca fortaleció mi fe católica, sino que más bien sacudió mi fe. Comencé a cuestionar las prácticas católicas de adoración, como rezarle a esculturas y tener un Dios con tres personas. Es decir, ¿cómo es que uno es igual a tres? Cuestioné los diferentes sacramentos de la Iglesia Católica, como el bautismo, el matrimonio y la eucaristía, pues para la realización de todos y cada uno de ellos había que pagar una "cuota", ni siquiera las oraciones por los muertos y las bendiciones con una rociadita de agua bendita estaban exentas.
Acudí a mis parientes lejanos que son sacerdotes y monjas, y les pregunté acerca de estos asuntos cada vez que tuve la oportunidad. Ellos no pudieron responder a mis preguntas, y podía ver en sus ojos que simplemente me ignoraban como a un "católico que canta una melodía distinta, una espina en el costado de un orden establecido".
Cuestioné la doctrina del limbo con respecto a la situación de los niños o individuos no bautizados, que mueren sin ser liberados del "pecado original" (como creen los católicos). El personal médico puede bautizar a los pacientes que están en condiciones críticas (agonizando), y se cree que esto es suficiente si la persona muere. Pero si el paciente sobrevive, ¡aún necesitará que lo bautice un sacerdote! Pues bien, esto no tiene sentido, ¿cómo podría esto ser considerado "suficiente" en un caso y no en el otro?
Los familiares del muerto que son ricos pueden ofrecer misas continuamente para sacar a las almas de sus seres amados del Purgatorio (un invento de la Iglesia Católica), por una tarifa razonable, por supuesto, pagada a la Iglesia. Esto hace posible que los ricos compren su camino al Paraíso, mientras que las almas de los pobres cuyos parientes no pueden permitirse el lujo de pagar, de seguro se pudrirán en el Purgatorio o, peor aún, irán directo al Infierno. Incluso el tañido de las campanas para anunciar la muerte de alguien de la comunidad tiene una tarifa.
Cuando me casé a los 21 años y tuve mi propia familia, dejé de ser católico, dejé de asistir a misa; comencé mi búsqueda de la religión verdadera, pues ya no creía en la fe católica. Esto me llevó a estudiar la fe de aquellos que profesan ser cristianos protestantes, quienes creen que la mera aceptación de Jesús como tu salvador personal te llevará a la salvación. Los protestantes creen que lo único necesario para la salvación es la fe, eso me pareció extraño. Lo siento, pero creo que esta debe ser la religión de los que son "muy perezosos" como para hacer obras buenas para complacer a Dios.
Entonces, estudié la Biblia con los Testigos de Jehovah, que insisten en que el nombre de Dios es Jehovah, a pesar de admitir ellos mismos que Yahveh es de seguro el nombre más apropiado de Dios, ya que no hay vocales escritas en el idioma hebreo.
También me hice miembro de la Iglesia Ni Cristo (Iglesia de Cristo)[1]. Y, una vez más, me surgieron muchas preguntas con respecto a las prácticas dentro de la INC que hicieron que continuara mi búsqueda de la religión verdadera.
Fue durante mi trabajo en la isla de Mindanao por dos años, específicamente en Cotabato City a finales de la década de 1980, que tuve mi primer contacto con el Islam; aunque no tuve la oportunidad de estudiarlo, este encuentro me llevaría más tarde hacia el Islam.
Los cristianos ven a nuestros hermanos musulmanes como alborotadores, terroristas, polígamos, suicidas, asesinos, secuestradores, traficantes de drogas, a tal punto que hay un dicho muy conocido: "Un musulmán bueno es un musulmán muerto". Ser musulmán en esa época de mi vida era la última cosa que se me pasaba por la cabeza, pues creía que debía haber un intermediario entre Dios y los humanos (debido a mis dos décadas de lucha en el cristianismo), y que la religión no debía fomentar la violencia (aunque también era consciente de la historia de la inquisición católica).
En total, me tomó más de dos décadas, o 23 años para ser exacto, dejar de utilizar la Biblia como estándar para medir lo que consideraba que debía ser la religión verdadera. Comencé a leer el Sagrado Corán e hice incontables búsquedas en la web para satisfacer mi curiosidad. Las preguntas más profundas en mi mente fueron respondidas una a una cuando conocí este sitio, IslamReligion.com. Hay muchos artículos útiles fácilmente accesibles para quien está buscando la verdad. Un buscador de la verdad debe ser muy cuidadoso cuando busca en línea, pues hay muchos sitios que difunden mentiras, tuercen los hechos o tratan de desviarse de las enseñanzas del Profeta Muhammad (que la paz y las bendiciones de Dios sean con él).
Con la misericordia de Dios, mis ojos se abrieron. Mi afán de buscar la verdad se despertó aún más. Me di cuenta de una lección importante, no todos los musulmanes practican el Islam como es debido, por lo tanto, no es justo juzgar al Islam con base en lo que hacen los musulmanes.
Aprendí que el Islam es una religión de paz y que la violencia está lejos de la mente de un verdadero musulmán. Aprendí los seis pilares de la fe y las creencias y prácticas básicas del Islam. Finalmente, tenía la convicción de decir la Shahada (testimonio de fe) y entrar al redil del Islam.
La vida no es solo nacer, estudiar el conocimiento mundanal en alguna universidad, ganar dinero para gastarlo en nuestras necesidades, y llegar a la vejez, la enfermedad, y finalmente la muerte; ya que si este fuera el sentido de la vida, entonces la vida sería realmente miserable, pues "aunque ganes la carrera de ratas, seguirás siendo una pobre rata".
Sin abrazar el Islam y dedicar la vida propia a agradar a Dios, la vida no tiene sentido y está llena de problemas.
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Por Martin Guevarra Abella
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[1]http://es.wikipedia.org/wiki/Iglesia_ni_Cristo
: islamreligion