El Paraíso es la gran recompensa que Allah ha preparado para Sus amados (auliah), para aquellos que siguen la senda y el camino de los profetas y mensajeros. El Paraíso es la alegría perfecta y placer donde nada falta, ni nada puede perturbar su pureza. Nuestra imaginación se detiene ante la imposibilidad de comprender la grandeza de tales bendiciones y maravillas.
Decir la verdad en todo momento es una cualidad noble que sólo la tienen aquellos de corazón sano, Allah dice en Su Libro: “¡Oh, creyentes! Tengan temor de Allah y digan siempre la verdad” (9:119)
Existen señales que nos fueron indicadas en el Corán y la Sunnah sobre el advenimiento del Día del Juicio, algunas de estas señales son menores, y otras mayores. Las menores son las que indican la cercanía y las mayores las que indican el desencadenamiento del fin del Mundo.
La definición de justicia según los juristas en el Islam “es conceder a cada ser/cosa su derecho”. Según esta definición, establecer justicia en todos los aspectos de nuestra vida, es un mandato de Allah para nosotros, y por eso la justicia como una virtud suprema. Dice Allah en el Corán:
Esta Jutbah habla sobre la realidad del creyente y del incrédulo cuando llega la muerte.
Allah para subir el ánimo del Profeta (saw) y mostrarle la importancia de su mensaje y misión, le concedió un milagro grandioso: el viaje nocturno y la ascensión a los cielos. Dice Allah en el Corán rememorando este milagro:
El rencor es una de las enfermedades del corazón, que tenemos que extirpar, curar, sanar, protegiendo a nuestro corazón de ese sentimiento tan maligno y destructivo. El rencor no solamente afecta las relaciones entre las personas, sino que afecta el hecho de que Allah acepte tus obras. Observemos este Hadiz:
Cómo podemos prepararnos para recibir el mes de Ramadán, de modo que sea el mejor Ramadán de nuestra vida, y saquemos de él el mejor provecho para nuestra vida presente y futura.
La oración es el pilar y la columna vertebral de la fe, es la llave del Paraíso y la mejor de las obras y acciones. Fue mencionada en más de cien aleyas en el Sagrado Corán, y muchísimas más en la Sunnah. Nuestro Profeta Muhammad (saw) nos recomendó con insistencia hacerla y advirtió a quienes no la realizan o la practican desganados.