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EL PRIMER PILAR DEL ISLAM: LA DECLARACIÓN DE FE

Una introducción al primer pilar del Islam: la declaración islámica de Fe, o la shahada: nadie merece ser adorado excepto Dios y Muhámmad es el Mensajero de Dios, y los variados significados que contiene.

EL PRIMER PILAR DEL ISLAM: LA DECLARACIÓN DE Fe

La  Shahada: es la declaración  musulmana de fe y el primero de los ‘Cinco Pilares’ del Islam.  La palabra  shahada en árabe significa ‘testimonio-atestiguación’.

Shahada es testificar dos cosas:

(a) Nada merece ser adorado excepto Dios (Allah).

(b) Muhámmad es Mensajero de Dios (Allah).

Un musulmán es quien atestigua que ‘nadie merece ser adorado excepto Dios y que Muhámmad es mensajero de Dios’ quien hace esta simple declaración se convierte en musulmán.

Debe ser pronunciado por cada musulmán al menos una vez en la vida comprendiendo completamente su significado y sinceramente de corazón.  Los musulmanes pronuncian esta frase cuando se levantan por la mañana, y antes de acostarse por la noche.  Se repite cinco veces al día cuando se llama a rezar en la mezquita.  Aquella persona cuyas últimas palabras sean la Shahada; Dios le ha prometido el Paraíso.

Algunas personas ignorantes del Islam y la lengua árabe han malinterpretado el vocablo Allah, utilizado por los musulmanes para hablar de Dios.  Allah es el nombre de Dios en árabe, así como  "Elah", o también "Elohim", es el nombre de Dios en arameo, como se menciona en el Antiguo Testamento.  Allah es Su nombre en el Islam, como "YHWH" es Su nombre en el judaísmo.  Sin embargo, aparte de la especificación hebrea de "YHWH" como "Él Que es", en árabe  Allah denota el aspecto de ser “La Verdadera Deidad, quien  merece ser adorada”.  Los judíos y cristianos árabes también se refieren al Ser Supremo como Allah.

 

(A)  Nada merece ser adorado excepto Dios (Allah)

La primera parte de este testimonio declara que Dios tiene el derecho exclusivo de ser adorado interna y externamente, por nuestro corazón y nuestro cuerpo . En la doctrina islámica, no sólo nadie debe ser adorado aparte de Él, sino que absolutamente nadie más puede ser adorado junto a Él.  Él no tiene compañeros o socios.  La adoración, en su sentido más profundo, en todos sus aspectos y acepciones, es algo que sólo corresponde a Él.  El derecho de Dios a ser adorado es el significado esencial del testimonio de fe del Islam: Lā ilāha illā llāh.  Una persona se convierte en musulmana al atestiguar el derecho absoluto de Dios a ser adorado.  Es el punto clave de la creencia islámica, la piedra fundamental del Islam.  Se considera el mensaje central de todos los profetas y mensajeros enviados por Dios – el mensaje de Abraham, Isaac, Ismael, Moisés, Jesús, y Muhámmad, que Dios se complazca de todos ellos.  Por ejemplo, Moisés declaró:

“Escucha, Israel: El Señor nuestro Dios es un Dios Único.” (Deuteronomio 6:4)

Jesús repitió el mismo mensaje 1500 años más tarde cuando dijo:

“Jesús le contestó: «El primer mandamiento es: Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es un Dios único.” (Marco 12:29)

…y recordó a Satanás:

“Aléjate, Satanás, porque dice la Escritura: Adorarás al Señor tu Dios, y a Él solo servirás.” (Mateo 4:10)

Finalmente, la llamada de Muhámmad, unos  600 años después de Jesús, se expandió por las colinas de la Meca:  {Tu Dios es un solo dios: no hay otro Dios excepto Él}(Corán 2:163).  Dice el Corán:

“¡Adora a Dios!  No tienes otro mas que Él.” (Corán 7:59, 60, 73, 85; 11: 50, 61, 84; 23, 32)

Pero sólo por una declaración verbal, uno no se convierte completamente en  musulmán.  Para convertirse en musulmán se debe llevar a cabo las instrucciones dadas por el Profeta Muhámmad, como Dios lo ordenó.  Esto nos lleva a la segunda parte del testimonio de fe.

 

(B)  Muhammad es el Mensajero de Dios (Allah)

Muhámmad nació en La Meca, Arabia en el año 570 DC.  Sus ancestros llegan hasta Ismael, hijo del Profeta  Abraham.  La segunda parte del testimonio de fe afirma que él no sólo es un Profeta, sino también un Mensajero de Dios, un rol más elevado que también obtuvieron Moisés y Jesús anteriormente.  Como todos los profetas que le precedieron, era un ser humano, pero elegido por Dios para transmitir Su mensaje a toda la humanidad, en lugar de a una  tribu o nación en particular.  Para los musulmanes, Muhámmad trajo la última revelación.  Al aceptar a Muhámmad como el último de los profetas, los musulmanes creemos que su profecía confirma y completa todos los mensajes revelados anteriores, comenzando por el de Adán.  Además, Muhámmad, sirve como modelo a través de su ejemplo de vida.  El esfuerzo del creyente por seguir el ejemplo de Muhámmad refleja el énfasis del Islam en la práctica y la acción.


Fuente: islamreligion