Hay algunos principios en las creencias por los cuales el que se adhiere al Islam debe tener una firme convicción. De estos principios, los más importantes son seis, conocidos como los “Seis pilares de la fe”.
El Islam sostiene que un estricto monoteísmo y creencia en Dios conforman el eje de su fe. El Islam enseña a creer en un Dios que no engendró ni fue engendrado, y que no comparte con nadie Su cuidado del mundo. Solo Él da la vida, causa la muerte, concede el bien, causa la aflicción y provee el sustento para Su creación. Dios según el Islam es el Único Creador, Señor, Sustentador, Gobernador, Juez, y Salvador del universo. Nadie lo iguala en Sus cualidades y habilidades, como el poder y el conocimiento. Toda veneración, adoración y devoción debe dirigirse a Dios y a nadie más. Cualquier ruptura de estos conceptos niega la base del monoteísmo, y por ende del Islam.
Los seguidores del Islam debemos creer en un mundo que no se ve, como se menciona en el Corán. A este mundo pertenecen los ángeles emisarios de Dios, cada uno asignado con una tarea especifica. No tienen libre albedrío o habilidad para desobedecer; está en su naturaleza ser los fieles sirvientes de Dios. Los ángeles no deben ser tomados como semidioses u objetos de alabanza o veneración; son meros sirvientes de Dios que obedecen cada una de Sus órdenes.
El Islam es una religión universal. Los musulmanes creemos en los profetas, no sólo en el profeta surgido de los árabes, Muhámmad el Enviado de Dios, la paz sea con él, sino en los profetas hebreos, incluidos Abraham y Moisés, así como también los profetas del Nuevo Testamento, Jesús, y Juan el Bautista. El Islam enseña que Dios no envió profetas solamente a los judíos y a los cristianos, sino que envió profetas a todas las naciones del mundo con un mensaje central: adorar a únicamente a Dios. Los musulmanes debemos creer en todos los profetas enviados por Dios mencionados en el Corán, sin hacer ninguna distinción entre ellos. Muhámmad fue enviado con el mensaje final, y ningún otro profeta vino después de él. Su mensaje es la continuación y conclusión de los mensajes anteriores, final y eterno, y a través de él, Dios completó Su Mensaje a la humanidad, iniciado con Noé, la paz sea con él.
Los musulmanes creemos en todos los libros que Dios ha enviado a la humanidad a través de Sus profetas. Estos libros incluyen las páginas de Abraham, la Toráh de Moisés, los Salmos de David, los Evangelios de Jesús, y otras escrituras no mencionadas en el Corán de las cuáles probablemente no hayan quedado vestigios. Estos libros provienen originalmente todos de la misma fuente, de Dios el Altísimo, con el mismo mensaje, y todos fueron revelados con la verdad. Esto no significa que hayan sido preservados. Los musulmanes y muchos otros eruditos e historiadores judíos y cristianos encuentran que el grueso de los libros religiosos que existen hoy en día no son las escrituras originales, que de hecho se han perdido, cambiado, sufrido adulteraciones, y/o traducido una y otra vez, perdiéndose así su mensaje original.
Como los cristianos ven al Nuevo Testamento para finalizar y completar el Viejo Testamento, los musulmanes creemos que el Profeta Muhámmad recibió revelaciones de Dios a través del ángel Gabriel para corregir el error humano en el que se había incurrido con las escrituras y doctrinas del judaísmo, cristianismo y todas las demás religiones. Esta revelación es el Corán, revelado en lengua árabe, y se encuentra hoy en día en su forma original. El Corán busca guiar a la humanidad en todos los pasos de la vida; espirituales, temporales, individuales y colectivos. Contiene direcciones para las conductas de la vida, relata historias, parábolas, describe los atributos de Dios, y reflexiona sobre las mejores reglas para gobernar la vida social. Tiene instrucciones para toda la humanidad, cualquiera sea el lugar y la época. Millones de personas hoy en día han memorizado el Corán, y las copias del Corán que se encuentran en la actualidad son idénticas a las del pasado. Dios ha prometido que Él preservará al Corán de todo cambio hasta el final de los tiempos, para que la orientación sea clara para la humanidad y el mensaje de todos los profetas esté al alcance de aquellos que lo buscan.
Los musulmanes creemos que llegará el día en que toda la creación perecerá y resucitará para ser juzgada por sus actos: El Día del Juicio. En este día, todo se reunirá en presencia de Dios y cada individuo será cuestionado acerca de su vida en el mundo y su manera de vivirla. Aquellos que mantengan correctas sus creencias acerca de Dios y la vida, y hayan traducido sus creencias en actos justos, entrarán al Paraíso, aún si deben pagar por algunos de sus pecados en el Infierno si Dios a pesar de Su infinita justicia elige no perdonarlos por ellos. Para aquellos que caigan en el politeísmo en sus tantas fases, entrarán al fuego del Infierno, para nunca salir de allí.
El Islam afirma que Dios tiene todo el poder y conocimiento acerca de todas las cosas, y que nada sucede sino a través de Su Voluntad y con Su total conocimiento. Lo que se conoce como Predestinación Divina, suerte, o “destino” se conoce en árabe como al-Qádr. El destino de cada criatura ya es conocido por Dios.
Esta creencia, sin embargo, no se contradice con el concepto del libre albedrío del hombre para elegir su curso de acción. Dios no nos fuerza a hacer nada, podemos elegir obedecer o no. Nuestra elección ya es conocida por Dios. Nosotros no sabemos cual es nuestro destino; pero Dios conoce el destino de todas las cosas.
Por lo tanto, debemos creer firmemente que lo que nos sucede es de acuerdo a la voluntad de Dios y con Su total conocimiento. Puede haber cosas que suceden en este mundo que no entendemos, pero debemos confiar en que Dios tiene sabiduría sobre todas las cosas.